domingo, 22 de mayo de 2016

El Rey de Avellaneda

Foto: Diario Olé
 
Racing venció 2-0 a Temperley, en lo que fue el último partido de Diego Milito como jugador profesional.


El Cilindro de Avellaneda vibró en la despedida del delantero que volvió de su paso por Europa para salir campeón con su equipo. Fue un día soñado para Diego Milito por ciertas razones: el estadio explotó en el minuto 22 para ovacionarlo; convirtió un gol; simuló un abrazo que fue observado por cada uno de los hinchas locales antes de que comience el partido y horas previas a su último encuentro fue padre por tercera vez.

El juego empezó con Racing avanzando hacia el campo rival. Cuando iban 17 minutos, Iván Pillud fue al ataque con la pelota y Escobar lo empujó en el área. El resto ya se sabe: El árbitro marcó penal, entonces el ex jugador de Inter de Milán pateó y puso el primero en el marcador. El capitán, un minuto más tarde, tendría la oportunidad de marcar el segundo, también por la misma vía, pero el arquero Crivelli le contuvo el remate. Luego, el rebote le quedó a Oscar Romero que colocó de cabeza el 2-0.

El conjunto dirigido por Facundo Sava tuvo más posibilidades para convertir el tercer tanto pero la mala fortuna y el arquero De Bórtoli (reemplazó a Crivelli en el primer tiempo) le ahogaron el festejo. En el final del partido, los simpatizantes de "la Academia” cantaron por el número 22. El ídolo. El que se fue como “príncipe” y regresó como “rey”. Su nombre: Diego Alberto Milito.

Por Nicolas Santarelli
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