domingo, 3 de abril de 2016

San Lorenzo reaccionó a tiempo y venció por 3-2 a Belgrano en el Nuevo Gasometro

 
Foto: La Nación

San Lorenzo venció esta tarde por 3-2 a Belgrano, en condición de local, tras estar 2-0 abajo. El conjunto azulgrana llegó a las 15 unidades, quedando así a tres puntos del líder Rosario Central, en un encuentro correspondiente a la novena jornada de la zona 1 del torneo de Primera División del fútbol argentino.

Comenzó mejor el equipo dirigido por Pablo Guede, el cual a los tres minutos del primer tiempo tuvo un tiro libre de Cerutti en la puerta del área que controló Olave. La estrategia utilizada por "el Ciclón" era desbordar constantemente por la derecha, mientras que los dirigidos por Ricardo Zielinski aguardaban en su campo para contraatacar rápidamente, también por el sector derecho.
 
Aunque iban a sufrir antes de poder concretar alguna chance neta de gol, ya que los locales controlaban el partido y por medio de desbordes y centros –primero Fernando Belluschi y luego Sebastián Blanco- generaban ocasiones que lograban incomodar a la visita. Pero así como el equipo azulgrana tenía a los defensores "piratas" en alerta, sufrían descompensaciones a la hora de defender, y en cuanto el conjunto cordobés pudo concretar la primera contra por el sector de Fernando Márquez, también concretó el gol y se puso arriba en el marcador, con definición de Sebastián Luna.

El segundo gol no se haría esperar. El mismo Luna fue quien ejecutó un tiro libre desde el sector izquierdo. Tiro libre que todos pensaban que concluiría en un centro al punto penal. Pero cuando la ejecución se llevo a cabo, la pelota fue, efectivamente al punto penal, aunque lo superó, nadie la desvió en el camino, y terminó en las redes del arco defendido por un sorprendido Sebastián Torrico que, con una tardía reacción, no pudo desviar el largo pelotazo. El estadio Pedro Bidegain había quedado en silencio. La necesidad de San Lorenzo por conseguir un triunfo era urgente (ocho partidos al hilo sin conseguir tal resultado) y Belgrano le estaba frustrando la posibilidad de obtenerlo.

Pronto ese silencio se convertiría en alegría, ya que los visitantes, queriendo mantener el resultado, resignaron el ataque y apostó todas sus fichas a una defensa que había perdido esa solidez que la caracterizaba en el torneo pasado. Dos minutos tardaron los de Boedo en igualar el marcador. Blanco (a los 38) y Ezequiel Cerutti (a los 40 minutos) hacían vibrar de euforia al Nuevo Gasómetro que dejaba atrás la frustración acumulada durante el encuentro.
 
El primero de los tantos vino por un sector en el que "los Gauchos de Boedo" no habían atacado nunca: el izquierdo. La primera pelota que dirigió Néstor Ortigoza hacia ese lado del campo y un centro preciso terminó en un testazo magnífico del más bajito de todos. El segundo llegó tras un centro ejecutado por Belluschi. Centro al segundo palo, por donde apareció libre Cerutti que bajó el balón hacia el medio, y sin que nadie lo tocara, atravesó los tres postes defendidos por Juan Carlos Olave. Belgrano había apostado a no jugar, y finalizaba la primera mitad empatando un partido que tenía controlado.

Los segundos 45 fueron mucho menos emocionantes que los primeros. San Lorenzo consiguió el gol final por un fuerte remate del "Cabezón" Belluschi que se desvía en el camino y descoloca al guardameta visitante. A partir de ese momento, el elenco local se acomodó en la cancha, se encontró. Esa desorientación que los jugadores habían tenido al comienzo del partido había desparecido, ahora se notaba un equipo ordenado, en el cual cada uno sabía qué rol cumplir y que reflejó lo que venía haciendo en la mayoría de los encuentros anteriores. Porque lo que nadie puede discutir es que los blaugranas, ganaran o perdieran, siempre demostraron a qué querían jugar. A Belgrano le costó tener la pelota. Y si un conjunto no tiene el único elemento con el que se hace un gol, difícilmente los haga.

Faltando diez minutos Olave tuvo que volver a entrar en acción, ya que fue en esta altura del partido donde "los Santos" apretaron el acelerador y nuevamente por el sector del "Pocho" Cerutti, estuvieron cerca del cuarto. Cuando Lousteau señaló la mitad de la cancha, finalizando el encuentro, Guede se encontraba un poco más tranquilo porque durante la semana le habían dicho “vendehumo”, debido a que su equipo no había jugado bien contra Quilmes y venía de dos derrotas consecutivas.
 
Pero ahora había ganado y aunque por momentos sufrió más de la cuenta (por errores propios), también demostró que hay una idea que sigue bien clara que es el estandarte de este equipo. Demostró que puede conectarse colectivamente. Esta victoria sirve, además, para trabajar más tranquilamente de cara al futuro, en nuestro fútbol que es tan exitista.
 
Por Facundo Olcese
Twitter: @olcesefacundo97

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