Foto: La Voz del Interior
Por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Rusia 2018, Brasil, de visitante, logró al último minuto un empate frente al Paraguay de Ramón.
Brasil ya no es más ese lobo que en la selva todos los animales le tienen miedo. A ese lobo el tiempo le pasó factura, ahora anda sin dientes, ciego (sin ideas de juego), empachado de empates y mendigando goles.
La Albirroja comenzó fiel al estilo Díaz: intento de presión alta y posesión en campo adversario. Con numerosas pelotas paradas, el local acorraló por momentos al seleccionado de Dunga pero se encontró con la resistencia de Alisson.
La Verdeamarelha le entregó la pelota al rival esperando dar la respuesta. A pesar de todo a los 27 minutos tuvo la situación más clara, Ricardo Oliveira con un disparo reventó el travesaño. Desde allí Ortigoza se hizo dueño del mediocampo, manejó los tiempos e inclinó la cancha. A los 40 minutos recuperó una pelota e inició la contra que terminaría en gol de Lezcano: Uno a cero.
En el complemento Paraguay rápidamente consiguió el segundo, Benítez conectó un centro de Ortiz y ante una marca pasiva del lateral derrotó la valla del arquero. Después del tanto el equipo del Pelado innecesariamente se refugió en su campo y terminó pagandolo caro.
El ‘lobo’ ya tiene sus mañas, renguea y esta hambriento de triunfos. Sin embargo, el viento también es viejo y aún sigue soplando. A los 34’ del segundo tiempo Oliveira capturó un rebote tras una mala contención de Justo Villar y no perdonó. Más tarde, sobre el descuento Dani Alves entró al área con pelota dominada y de zurda remató junto al palo izquierdo. 2-2.
Al pentacampeón solo le quedó el apodo, la sensación es que el lobito esta en las últimas. De todos modos, la selección brasileña tiene un remedio llamado “Neymar”, que le hace recuperar la memoria de aquel “campeão do mundo”.
Por Elías Farias
Twitter: @eliasnfarias
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