jueves, 7 de abril de 2016

Alonso: una historia más allá de la pelota naranja

Foto: Diario Panorama

En estos días River Plate rememoró el día en el cual Norberto Alonso le convirtió dos goles a Boca, en un clásico disputado en la Bombonera por la temporada 1985/1986. Uno de los tantos (fue el primero), el talentoso volante creativo lo anotó con una pelota naranja. Este balón quedó inmortalizado en el baúl de los recuerdos de los hinchas riverplatenses. Luego de ese partido, el conjunto millonario se coronó campeón y dio la vuelta olímpica por primera vez en el estadio Alberto J.Armando (la Bombonera). 

Por todo esto, el combinado de Núñez le brindó ayer un cálido homenaje a Alonso, porque le regaló un esférico anaranjado y un día antes la dirigencia junto algunos futbolistas (Leonardo Pisculichi, Rodrigo Mora, Leonel Vangioni y Lucas Alario) presentaron un modelo de camiseta de River, color naranja.
Estos reconocimientos son justos y merecidos porque el ingenioso mediocampista que lució tambien la camiseta de la Selección Argentina marcó una época, debido al talento que brindó dentro del campo de juego. El Beto Alonso fue uno de los grandes jugadores que dejó un recuerdo imborrable en los hinchas, como lo fue Ricardo Bochini, Diego Maradona, entre otros.

La historia de este estratega comenzó en 1971 cuando el técnico Didí le dio su primera oportunidad en el fútbol grande. El joven futbolista tenía 18 años de edad cuando el técnico brasileño lo hizo debutar en Primera División ante Atlanta, en un partido disputado en Villa Crespo. Alonso compartió formación junto a Juan José López y Reinaldo Merlo, sus compañeros con quienes compartieron sueños e ilusiones.

El volante de creación  llegó al momento soñado en 1975 cuando pudo obtener el campeonato que se le negaba a River desde 1957. Luego de alzarse con el torneo Metropolitano, obtuvo el Nacional de 1975. Ese equipo era dirigido por un entrenador muy querido por el: Ángel Amadeo Labruna.

Después de esos logros, el número diez fue transferido a Olympique de Marsella, pero al poco tiempo regresó al elenco de Núñez. Luego de ese recordado 1975, en 1979 volvió a repetir un doblete ya que se consagró campeón nuevamente del Metropolitano y el Nacional. Todos esos laureles, bajo el mando de Labruna. Un año más tarde, en 1980, consiguió un nuevo Metropolitano y un año después el Nacional. No obstante, su ciclo en el elenco de Núñez se cortó abruptamente debido a un conflicto con el entrenador Alfredo Di Stefano. Ese problema surgió cuando la Saeta Rubia no lo citó para jugar en la final contra Ferro. Molesto con esa decisión, el Beto Alonso señaló a la dirigencia: “El técnico o yo”.

Finalmente, Distefano continuó al frente del plantel millonario y el armador de juego pasó a formar parte de Vélez Sarsfield. Después de dos años, el volante de creación volvió a River para repetir otra buena época ya que en 1986 obtuvo el torneo 1985/86, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. Luego del choque frente al Steaua Bucarest de Rumania, Norberto Alonso le punto final a su carrera de futbolista a los 33 años y antes de ese día de gloria, puntualizó para la revista El Grafico: “Llegue ganador y me iré ganador”. Después de esa consagración, el jugador que lució el número diez en la espalda se subió al pedestal de los grandes ídolos, que dejan un gran recuerdo por siempre.

Por Diego Bentivegna

Twitter: @bentidiego 

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