martes, 23 de mayo de 2017

Puntero y nada más



Y nada más puntero. Puntero y más nada. Y más puntero. Puntero y nada más. Apenas un simple juego de palabras que si lo analizas bien, contiene las mismas letras pero con algún que otro significado. 

Debí esperar el partido de River para saber cómo afrontar este resumen, en realidad para concluir de una vez por todas con ésta idea que tengo en la cabeza que todavía no termina de echar vuelo.

Boca juega mal, pero gana y suma puntos. Quizá por eso sea el puntero del campeonato, por ser el equipo más regular, por conseguir agua en pleno desierto donde otros sólo ven arena. Sin embargo, en la vereda de enfrente hay un equipo que juega, el que está dispuesto a pelearle de igual a igual.

El Xeneize sabía que con un triunfo conseguiría un mínimo desahogo. Guillermo apretó los puños y se dirigió hacia el vestuario. El público alentó y gritó como nunca en el final. 

Todos estaban conscientes de la importante victoria que conseguía su equipo desde lo anímico a la espera de un traspié de su eterno rival. 

El partido, por su lado, estuvo bastante equilibrado, Newell’s inquietó con varios contragolpes al joven arquero Rossi, aunque en la primera clara, Wilmar Barrios rompió líneas, habilitó a Benedetto que con un giro quedó de cara al arco para rematar y dejar sin respuestas al guardameta visitante. 

En el complemento el dueño de casa dominó y mereció más, pero no logró concretar sus oportunidades. 

Así se fue el encuentro. Con toda la gente de pie, como recuperado de aquella derrota en el superclásico y con las esperanzas de volver a ser campeón. Allí descubrí el final de mi teoría, entendí que el equipo de los ‘Mellizos’ es el puntero y nada más. Porque mira a todos desde arriba a pesar de no sobrarle nada. 

Por Elías Farías 
@eliasnfarias
Foto: Diario La Nación

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