Foto: Agencia Telam
Argentina superó esta noche a Chile, por 2-1, en condición de visitante, y ascendió en la tabla de posiciones de la eliminatoria sudamericana, rumbo al Mundial Rusia 2018, al comenzar hoy la quinta fecha.
En el debut de Messi en las Eliminatorias (recordemos que no había jugado los anteriores cuatro partidos debido a una lesión), el seleccionado argentino debía dar una muestra de carácter frente al campeón de América. Y quizá no debería demostrar tanto si la final de esa Copa América, frente al equipo chileno, la hubiera ganado. Es que aunque los jugadores y cuerpo técnico resaltaron que el partido de hoy no era una revancha, la gente lo vivía así, y el ambiente estaba tenso como si fuera una, más allá que en el banco rival esta vez estaba sentado Juan Antonio Pizzi. Pero la Albiceleste debía ganar más allá de toda esta nerviosa atmósfera. Hasta este partido, el equipo de Martino había sumado nada más que 5 puntos por sobre 12 posibles, y de no conseguir un buen resultado, las presiones se harían presentes en la interna de la formación celeste y blanca.
Esas presiones empezarían a hacer eco mucho más temprano de lo previsto, porque Argentina entró dormido, Chile manejaba la pelota desde el comienzo del partido y tras un córner, Biglia pierde la marca de Felipe Gutiérrez y este abre el marcador a favor de la Roja. Esto daba que pensar, se podía presumir que el conjunto trasandino tomaría confianza luego de este tanto y el partido se haría cuesta arriba para los visitantes, pero no fue así.
En el debut de Messi en las Eliminatorias (recordemos que no había jugado los anteriores cuatro partidos debido a una lesión), el seleccionado argentino debía dar una muestra de carácter frente al campeón de América. Y quizá no debería demostrar tanto si la final de esa Copa América, frente al equipo chileno, la hubiera ganado. Es que aunque los jugadores y cuerpo técnico resaltaron que el partido de hoy no era una revancha, la gente lo vivía así, y el ambiente estaba tenso como si fuera una, más allá que en el banco rival esta vez estaba sentado Juan Antonio Pizzi. Pero la Albiceleste debía ganar más allá de toda esta nerviosa atmósfera. Hasta este partido, el equipo de Martino había sumado nada más que 5 puntos por sobre 12 posibles, y de no conseguir un buen resultado, las presiones se harían presentes en la interna de la formación celeste y blanca.
Esas presiones empezarían a hacer eco mucho más temprano de lo previsto, porque Argentina entró dormido, Chile manejaba la pelota desde el comienzo del partido y tras un córner, Biglia pierde la marca de Felipe Gutiérrez y este abre el marcador a favor de la Roja. Esto daba que pensar, se podía presumir que el conjunto trasandino tomaría confianza luego de este tanto y el partido se haría cuesta arriba para los visitantes, pero no fue así.
Luego del gol, la escuadra dirigida por el Tata principió a manejar la pelota, y Messi inició su aparición. Con jugadas individuales del 10, Chile, quizá inconscientemente, retrocedía, hasta que en una jugada no del todo limpia técnicamente, Banega ingresa al área defendiendo el balón, este queda a los pies de Di María, quien remata cruzado, al palo izquierdo del arquero Bravo, que nada pudo hacer, y convierte el empate. Parecía que el bando capitaneado por Lionel Messi reaccionaba. Y así fue. 5 minutos después, luego de un tiro libre rechazado por los locales, una pelota bombeada cae a los pies de la Pulga.
Este, siendo agarrado por un rival, lo exige al mismo para que tire un centro en contra, que cae a los pies de Mercado, quien realiza una tijera para colocar el empate parcial y que festeje el pueblo argentino. En 5 minutos, Argentina había dado vuelta el resultado y se colocaba en una zona cómoda en la tabla de posiciones, de cara al próximo encuentro, frente a Bolivia. En consecuencia a este gol, la visita estaba más tranquila y podía ejercer el dominio del encuentro. Chile no podía pasar mitad de cancha y el entretiempo llegó con los zagueros centrales Otamendi y Funes Mori, jugadores clave, recibiendo los pases en mitad de la cancha.
Pero toda esta confianza parecía haberse desmoronado cuando el árbitro brasileño Heber López señaló el comienzo del complemento. Claramente Gerardo Martino pretendía jugar de contraataque ya que no había más de diez metros de diferencia entre sus defensores y volantes, quienes les dejaban todo el campo libre a los rivales para que avancen con libertad. Haciendo ingresar a Gonzalo Higuaín en lugar de un lento e impreciso Agüero, el técnico argentino pretendía que su equipo genere alguna situación de gol para liquidar el encuentro.
Pero toda esta confianza parecía haberse desmoronado cuando el árbitro brasileño Heber López señaló el comienzo del complemento. Claramente Gerardo Martino pretendía jugar de contraataque ya que no había más de diez metros de diferencia entre sus defensores y volantes, quienes les dejaban todo el campo libre a los rivales para que avancen con libertad. Haciendo ingresar a Gonzalo Higuaín en lugar de un lento e impreciso Agüero, el técnico argentino pretendía que su equipo genere alguna situación de gol para liquidar el encuentro.
Pero eso no ocurrió, sino todo lo contrario. Sus jugadores sufrieron más de la cuenta, parecía que no habían salido a la cancha. La contracara de la moneda: la Roja dominó todo el segundo tiempo, inquietando a un Romero que respondió cuando lo exigieron, y con pelotas rozando los palos del arco de Chiquito Romero. Chile jamás pudo llegar a ese ansiado empate. Cabe destacar las labores de los dos zagueros centrales argentinos, anticipando y robando numerosos pases filtrados. Es cierto que la segunda porción del partido tuvo menos emoción que la primera, pero aún así, el conjunto local tuvo sus chances, y no las supo aprovechar.
Argentina no jugó bien, sobre todo en el segundo tiempo. Pero dio una muestra de carácter. Decidiendo jugar de contra el segundo tiempo, aunque sufriendo más de la cuenta, logró un triunfo que lo posiciona cuarto de cara a la próxima fecha y lo desliga de algunas presiones que comenzarían a aparecer de haberse dado otro resultado. Se podría decir que aprobó el examen con la nota mínima requerida, pero de seguir jugando así van a ser más los sufrimientos que las victorias a paso firme.
Argentina no jugó bien, sobre todo en el segundo tiempo. Pero dio una muestra de carácter. Decidiendo jugar de contra el segundo tiempo, aunque sufriendo más de la cuenta, logró un triunfo que lo posiciona cuarto de cara a la próxima fecha y lo desliga de algunas presiones que comenzarían a aparecer de haberse dado otro resultado. Se podría decir que aprobó el examen con la nota mínima requerida, pero de seguir jugando así van a ser más los sufrimientos que las victorias a paso firme.
Por Facundo Olcese
Twitter: @olcesefacundo97
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