Boca recibió a Patronato por la vigésima fecha del campeonato de Primera División. Tras la gran victoria ante Vélez de visitante, el conjunto de Guillermo Barros Schelotto dio una pobre actuación y empató 1-1 ante el equipo entrerriano. El tanto del local lo convirtió su goleador, Darío Benedetto, mientras que el descuento fue marcado por Damián Arce.
Si se pudiera catalogar de alguna forma a este partido, sería algo parecido a lo utópico, a lo impensado. Boca otra vez flaqueó de local, está vez frente a un débil Patronato y no aprovechó la oportunidad de estirar su ventaja ante Newells, su primer escolta, que empató sin goles contra Estudiantes.
El Xeneize arrancó el encuentro con el pie derecho. Demostró el mismo ímpetu con el que se impuso en Liniers, pero esa actuación pronto se empobrecería. A los 7, aparecería la primera para Boca: Pavón arrancó por el medio a toda velocidad y se la abrió a Gino Peruzzi por la derecha, este envió un centro para que Benedetto anticipara al defensor, pero le dio muy desviado.
A los 11, el local toqueteaba cerca del área, Pavón ensayó una pared con Benedetto y luego se la cedió a Peruzzi, el lateral lanzó un centro al área chica pero se diluyó en las piernas de Walter Andrade. La más clara se daría a los 29 con un tiro libre a favor de Boca: Solís mandó un centro y logró hacer contacto con Bentancur, que cabeceó en soledad pero el arquero Bértoli reaccionó y detuvo el tiro aunque no puedo retener la pelota y le quedó servida a Juan Manuel Insaurralde, que incómodo, definió por arriba.
Cuando parecía cerrarse el telón de los primeros 45 con un Guillermo muy preocupado, se abrió el marcador: Pavón enviaría un centro que nadie podría alcanzar y cruzaría toda el área, Fabra la recibió del otro lado y jugó la pelota con Nazareno Solís (delantero que eligió el técnico para reemplazar al lesionado Ricardo Centurión), el extremo desembolsó otro centro pero este calzaría justito con la cabeza del número nueve. Benedetto la empujó cerca del segundo palo y alivió a toda la Bombonera con un grito desaforado: estaba más puntero que nunca.
Ya en el complemento, el juego de Boca se desvirtuaría por completo. Sin Gago, pero sobre todo sin Centurión, el Xeneize se transformó en un equipo predecible, sin desequilibro, con un tumulto de piernas que les imposibilitaba pensar. Patronato utilizó el mismo modus operandi que Defensa y Justicia: se cerró bien, corrió mucho y propuso el roce constante y así logró neutralizar el núcleo de creación. Boca tenía la pelota, pero no sabía qué hacer con ella, no conseguía ser determinante, y cuando lo era, las definiciones lejos estaban de ser certeras. Más allá de algún acercamiento poco significante, el local tuvo la más clara a los 82: Pavón dejó a dos por el camino y a pura gambeta se metió en el área, enfrentó a Bértoli y, aunque tenía a sus compañeros libres en ese sector, le pegó al arco. La pelota dio en el pie del arquero y se fue al córner.
A pesar de lo inofensivo que parecía el equipo entrerriano, el local demostraba jugar nervioso. Y si a esto se le suman ciertos errores defensivos, las consecuencias pueden ser las peores… Y así fue. A los 90 casi sin buscarlo, el conjunto visitante le arruinó la fiesta al puntero y se lo empató: Gagliardi le ganó en el aire a Peruzzi y cabeceó hacia adentro del área, una confusión entre Vergini e Insaurralde hizo que la pelota picara y la tomara libre Arce. El volante la empujó solo frente a Rossi. Fue la primera vez en todo el partido que Patronato llegó al arco rival. Inédito.
Apostar al refugio con la pelota y no mantener la intensidad y agresividad para cerrar partidos parece ya una mala costumbre que ha adoptado el equipo de Guillermo. En algunas ocasiones el azar y la individualidad está de su lado, pero en otras no. Boca se quemó de tanto jugar con fuego y tiene la necesidad de entender cómo apagarlo si quiere conseguir el título con tranquilidad. El Xeneize depende de sí mismo: sigue puntero y le saca cinco a su primer escolta. Todavía le quedan diez fechas, incluyendo el Superclásico, ¿seguirá pagando el precio de sus siestas o se despertará de una buena vez?
Por Morena Beltran
Por Morena Beltran
Twitter: @morebeltran12
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