Foto: Diario Clarín
En un encuentro apasionante, Rosario se impuso con una actitud feroz con un 2 a 1.
En el Gigante de Arroyito se vivió lo que todo hincha sueña: fútbol de calidad de principio a fin. Con una excelente performance de Rosario, quien logró revertir un partido difícil para cualquiera, pero no imposible para el Canalla.
El primer tiempo comenzó con una inesperada apertura del marcador por parte del visitante. Brahian Alemán, autor del primer gol, marcó el ritmo dinámico de los próximos minutos del partido.
Ante esto, Rosario mostró todo el coraje de cada uno de sus jugadores y atacó incesantemente a los Lobos de la Plata, quienes inmediatamente se dedicaron a defender su parcial triunfo.
Hacia el final de los primeros 45 minutos, el local tuvo innumerables oportunidades de gritar a todo pulmón el gol que tanto esperaban y que los llevaría al empate.
Recién en el segundo tiempo llegaría el primer gol otorgado por Damián Musto, con una impresionante jugada que dio la motivación necesaria para el conjunto de Paolo Montero para arremeter con mayor ferocidad el arco rival.
Pero no todo podía ser alegría para el Canalla. Cuando el reloj marcaba 14 minutos, Marco Ruben fue expulsado por un pisotón a Mauricio Romero. Gimnasia vio una luz de esperanza ante los 10 jugadores, pero la constante insistencia del local fue más grande.
Gracias a la complicidad entre Germán Herrera y Federico Carrizo el marcador se dio vuelta a favor de Rosario Central, ante los hinchas locales atónitos y exaltados por el resultado.
Con un increíble y emocionante 2 a 1, la cancha a orillas del Paraná explotó en una euforia como si fuera una final. Cada hincha sin voz ya de gritar. Cada jugador con el corazón en la mano ante un encuentro que se coronó por un solo referente: jamás darse por vencido sin antes luchar.
Por Rocío De Marco
Twitter: @RoocioDiMarco
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