domingo, 19 de abril de 2020

Marangoni: la calidad de un volante central




La mitad de cancha de Independiente tuvo entre 1982 y 1988, además de la magia de Ricardo Bochini, un volante central de claro manejo de pelota e inteligencia a la hora de marcar: Claudio Marangoni. Sus inicios se dieron en Chacarita en 1974 y en sus primeras dos temporadas convirtió siete goles. En 1976 se incorporó a San Lorenzo en donde jugó 135 partidos y anotó 25 tantos.

Cuatro años después llegó su única experiencia europea porque se sumó a Sunderland de Inglaterra. Un año más tarde regresó a la Argentina para jugar en Huracán. En el cuadro de Parque Patricios, en dos años, disputó 58 encuentros y convirtió once goles. En 1982 llegó su traspaso a Independiente y comenzaron sus éxitos ya que ganó su primer campeonato: el Metro de 1983.

Luego en 1984 consiguió la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. En 1988 se despidió del "Rojo" de Avellaneda y se transformó en el refuerzo de Boca. En el "Xeneize" obtuvo la Supercopa de 1989 al derrotar por penales a Independiente y en 1990 se quedó con su último título: la Recopa. Con el correr de los meses en el elenco "boquense" la relación con el entrenador Carlos Aimar no fue la mejor, perdió su lugar y luego sufrió una lesión que determinaron su decisión de dejar el fútbol. 

Después del alejamiento de Aimar, Marangoni disputó sus últimos 45 minutos ante el "Ciclón", pero el clásico no pudo completarse debido a unos incidentes en la tribuna de Boca que aceleraron la suspensión. Por esos hechos violentos falleció el hincha Saturnino Cabrera. Luego de ese compromiso y de unas semanas de vacaciones el ex volante se sumó al cuerpo técnico de Oscar Washington Tabarez, quien comenzó su trabajo en el "Xeneize" en enero de 1991 hasta 1993. 

Más tarde, en 1998 fue técnico de Banfield pero por una pelea con los dirigentes su ciclo duró cuatro meses. El ex mediocampista central luego de esa experiencia no volvió a trabajar como ayudante de campo y tampoco ejerció como entrenador. Solamente todos sus conocimientos los volcó en sus escuelitas de fútbol.

Por Diego Bentivegna
Twitter: @bentidiego
Foto: El Grafico.


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