Foto: Diario Olé
Por la fecha N°13 del Torneo de Transición 2016, River (con un mix de suplentes y juveniles) empató con Vélez, 0-0, en el Estadio Monumental.
El Millonario solo piensa en vos. El hincha cuenta las horas, los minutos para enfrentarte. Querido Independiente Del Valle, a vos te hablo. Gallardo no habla de otra cosa que no sea del encuentro del próximo miércoles. Está obsesionado en vos, está enamorado. River tendrá que revertir un resultado adverso con su gente, a estadio repleto, con miles de ilusiones latentes. Y él será el capitán del barco, el responsable que el bote no se hunda en los octavos de la Copa Libertadores.
El Fortín con el paso de los minutos tomó protagonismo en el juego, los juveniles Alvarenga y Hernán Toledo fueron los que mayores complicaciones le generaron a la defensa del local. Sin embargo, la expulsión por doble amarilla de Grillo condicionó mucho a Vélez. Christian Bassedas se vio obligado a sacar un atacante para acomodar el fondo, por esto ingresó Emiliano Amor por Alvarenga, reduciendo las posibilidades ofensivas en el conjunto de Liniers.
El local trató de aprovechar el jugador de más pero falló en la definición. Sobre el final, Leandro Vega desde el fondo empujó al equipo con remates al arco y cabezazos. El público entendió el momento y se puso de pie pidiendo una cosa: “En la copa tenemos que ganar”. En medio de todo ese delirio, el ruido del poste sonó dos veces. Primero, Vega aviso desde las alturas, luego un centro pasado encontró al pibe Andrade que con sutileza definió pero su remate se estrelló en el palo ante un Aguerre que ya estaba derrotado.
Todos los cañones apuntan al partido contra los ecuatorianos, que tendrán que venir a un ambiente temible ante miles de almas que harán latir un Monumental colmado en busca de otra noche de alegría.
El Fortín con el paso de los minutos tomó protagonismo en el juego, los juveniles Alvarenga y Hernán Toledo fueron los que mayores complicaciones le generaron a la defensa del local. Sin embargo, la expulsión por doble amarilla de Grillo condicionó mucho a Vélez. Christian Bassedas se vio obligado a sacar un atacante para acomodar el fondo, por esto ingresó Emiliano Amor por Alvarenga, reduciendo las posibilidades ofensivas en el conjunto de Liniers.
El local trató de aprovechar el jugador de más pero falló en la definición. Sobre el final, Leandro Vega desde el fondo empujó al equipo con remates al arco y cabezazos. El público entendió el momento y se puso de pie pidiendo una cosa: “En la copa tenemos que ganar”. En medio de todo ese delirio, el ruido del poste sonó dos veces. Primero, Vega aviso desde las alturas, luego un centro pasado encontró al pibe Andrade que con sutileza definió pero su remate se estrelló en el palo ante un Aguerre que ya estaba derrotado.
Todos los cañones apuntan al partido contra los ecuatorianos, que tendrán que venir a un ambiente temible ante miles de almas que harán latir un Monumental colmado en busca de otra noche de alegría.
Por Elías Farias.
Twitter: @eliasnfarias
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