Foto: TN
En una tarde-noche de abril en la Bombonera se jugaba el clásico que divide a un país: Boca frente a River. En ese partido (en el cual el Xeneize ganó por 3 a 0), hubo un fútbolista que patentó un festejo que iba a quedar en la inmortalidad ya que muchos iban a imitar en los años siguientes: Juan Román Riquelme. El mediocampista ofensivo en la jugada previa al gol, intentó convertir de penal el 2 a 0, pero el arquero Franco Constanzo lo evitó.
Sin embargo la pelota se eleva, entonces el enganche salta hacia ella y de cabeza establece el segundo tanto. A partir de ese instante, ocurre el momento en el cual Riquelme (enojado con la dirigencia por motivos económicos) corre hacia el centro del campo de juego, se para adelante del palco presidencial (donde se encontraba el presidente de Boca de esa etapa: Mauricio Macri) y se pone las manos atrás de sus orejas. Luego de ese gesto y del triunfo por 3 a 0, el talentoso jugador comentó que ese saludo era para su hija que en esa época le gustaba el Topo Gigio.
Desde ese día, muchos futbolistas (el también) utilizaron ese festejo. Más allá de esta acción, la historia de Riquelme tuvo muchos capítulos: de títulos, jugadas, goles y confrontaciones. Sus comienzos en el fútbol se dieron en Defensores de Bella Vista, la Carpita de Tropezón y Argentinos Juniors, en donde dio el salto para debutar en la primera de Boca. El entrenador xeneize de ese momento (Carlos Bilardo) le dió la oportunidad para que demuestre todo su oficio en el compromiso frente a Unión de Santa Fe, en el Apertura 96.
A partir de ahí, la carrera de Román empezó a vislumbrarse. Al principio pasó por momentos buenos y otros no tanto porque en la formación boquense alternaba entre la titularidad y la suplencia. A pesar de esto, el técnico de la Selección juvenil (Néstor Pekerman) le dio un lugar preponderante y obtuvo el Sudamericano Sub 20, el Mundial de Malasia Sub 20 y el Torneo de Toulón. Con la llegada de Carlos Bianchi a Boca, la carrera de Riquelme comenzó a cambiar ya que le confió la responsabilidad de que sea la manija del equipo.
Por esa confianza, el talentoso enganche se transformó en figura y el conjunto xeneize consiguió el Apertura 98, el Clausura 99, las Copas Libertadores (2000 y 2001), la Copa Intercontinental y el Apertura 2000. Después de la salida de Bianchi, el volante creativo jugó seis meses más en el club (el entrenador era el Maestro Oscar Tábarez) y después se marchó para comenzar su aventura europea. Su primera temporada en Barcelona no tuvo el rendimiento esperado y las posibilidades para demostrar su talento fueron pocas.
Luego de esa campaña en el elenco catalán, su próximo destino fue Villarreal, en donde su aporte fue más valioso. En el Submarino amarillo, Román fue una pieza clave para aspirar a luchar por puestos de Champions League. Además, por sus actuaciones, el técnico de la Selección (Pekerman había reemplazado a Marcelo Bielsa) lo convocó para varios encuentros de las Eliminatorias para el Mundial de Alemania.
En esa temporada, el ex mediocampista de Boca llevó al combinado albiceleste a la Copa del Mundo del 2006 y a Villarreal hasta las semifinales de la Liga de Campeones. El sueño de levantar el trofeo más importante de Europa (a nivel clubes) quedó trunco porque el ultimo penal (que pateó) fue atajado por el arquero de Arsenal de Inglaterra. Después de ese encuentro, Riquelme participó del Mundial de Alemania, en donde sus pases de gol fueron importantes en la fase de grupos. Sin embargo, el recorrido del seleccionado argentino llegó hasta los Cuartos de Final porque Alemania lo superó por penales (luego de empatar 1 a 1).
Su paso por el fútbol español tuvo un final abrupto por una pelea con el presidente de la entidad de casaca amarilla, Francisco Roig y con el técnico Manuel Pellegrini. Debido a este conflicto, el elenco boquense realizó gestiones para su regreso y finalmente la operación tuvo un final féliz. Por sus destacadas intervenciones, la formación que dirigía Miguel Angel Russo obtuvo la Copa Libertadores y además se ganó un lugar en la lista de los elegidos para disputar con la Selección una nueva Copa América.
En ese torneo, el seleccionado que comandaba Alfio Basile desempeñó una buena labor pero pierde la final por 3 a 0 contra Brasil. Luego de esa participación, Riquelme estuvo sin jugar por seis meses debido a que Villarreal y Boca no llegaron a un acuerdo para que continúe. A pesar de esa dificultad, el técnico albiceleste lo convocó para jugar las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica. Su talento seguía intacto porque en uno de los encuentros contra Chile, marcó dos goles (uno de tiro libre).
Después de semanas sin jugar, las dos instituciones solucionaron sus diferencias económicas para que el enganche se vuelva a poner la azul y oro. Desde enero de 2008 hasta junio de 2012, el Diez ratificó en el campo de juego sus condiciones de gran estratega. Bajo su batuta, el Xeneize obtuvo el Apertura 2008, luego de ganar el triangular que disputó con San Lorenzo y Tigre. Además de ese torneo, en agosto de ese mismo año, el ex jugador blaugrana ganó la medalla de oro junto a la Selección Argentina Sub-23 que integraban entre otros: Lionel Messi, Javier Mascherano y Sergio Agüero, entre otros.
Luego de esos títulos, los años siguientes fueron irregulares: la relación con Martín Palermo, su renuncia al seleccionado argentino que entrenaba Diego Maradona, las lesiones y las peleas por un nuevo contrato, eran los temas principales en los que se hacía foco de atención. Con la llegada al banco de suplentes de Julio Falcioni, se abrió un nuevo capitulo en donde Riquelme fue otra vez señalado por el distante vinculo que tuvieron.
Mas allá de esto, el combinado boquense volvió a salir campeón del Apertura 2011. No obstante, seis meses después, Riquelme anunció que dejaba de jugar en el club porque ya no tenía energía. Esas palabras fueron dichas luego de que Boca pierda la final de la Copa Libertadores ante Corinthians. Con Román alejado de los campos de juego, el equipo de Falcioni era criticado por su juego irregular. Debido al mal desempeño del conjunto de la Rivera y por un reportaje fuerte del ex futbolista de Villarreal, el ciclo del Emperador llegó a su fin.
El arribo de Carlos Bianchi provocó que los caminos del xeneize y el mediocampista se vuelvan a cruzar.Sin embargo, el regreso de los dos ídolos no fue el esperado. Boca no se coronó campeón en ninguno de los torneos que disputó y su andar fue muy irregular en esas temporadas. Cansado de pelear por la renovación de un nuevo contrato, el ingenioso volante finalmente se marchó en julio de 2014 y retornó al equipo que le dio una oportunidad en sus inicios: Argentinos Juniors.
En ese semestre, el Bicho disputó el torneo de la B Nacional que brindaba diez ascensos a Primera División y la Copa Argentina. Riquelme estuvo presente en las dos competencias y con su aporte, la formación de la Paternal llegó hasta una de las semifinales de la Copa (pierde 5 a 0 contra Rosario Central) y finalmente ascendió a la máxima categoría. Román había logrado el anhelo que tenía cuando arribó a Argentinos y un mes más tarde anunció que se retiraba del fútbol.
De esta forma, con sus objetivos bien claros, Juan Román Riquelme le puso punto final a su brillante carrera. Por su talento y por su capacidad para hacer jugar a sus compañeros, se ganó un lugar destacado en la lista de los grandes ídolos.
Por Diego Bentivegna
Twitter: @bentidiego
No hay comentarios:
Publicar un comentario