Foto: Diario La Nación
La Albiceleste recibió a la Roja en el Estadio Monumental por las Eliminatorias Sudamericanas previas al Mundial de Rusia 2018. Con gol de Messi, un penal dudoso, el conjunto dirigido por Bauza alcanzó el tercer puesto en la tabla de posiciones por detrás de Brasil y Uruguay.
El encuentro comenzó y apenas a los 6 se paralizaron los corazones argentinos: Alexis Sánchez envió un centro venenoso para Aranguiz y aunque es muy difícil delimitar si este la rozó o no, terminó dando pie a la entrada de José Fuenzalida por el segundo palo, que tras un rebote de Romero la metió adentro del arco. Pero inmediatamente, el juez de línea Marcelo Vagnasse, levantó su bandera, anulándole el gol a Chile.
Esta jugada trajo consigo la reacción de Argentina, a los 12 Messi gambeteó y se la sirvió a Gonzalo Higuaín. Argentina pateó por primera vez al arco rival. La pelota se fue por mucho. Segundos más tarde, Lionel recuperó en el mediocampo y habilitó a Angel Di María, que no pudo definir por encima del arquero Bravo.
Argentina no lograba encontrar juego. Pero sí se encontró con un obsequio del juez brasileño. A los 15, Mascherano lanzó un pelotazo que habilitó a Di María en el borde del área. Cuando apenas sintió un manotazo de Fuenzalida en su hombro se dejó caer. Ricci no dudó. Tocó su silbato y cobró penal. Messi acomodó la pelota y se enfrentó otra vez a Bravo. Sacó un zurdazo seco y cruzado y la clavó fuerte abajo. Lionel venció al arquero, y exorcizó a los fantasmas que, en la Copa América Centenario del pasado año, lo hicieron sentir tan culpable.
El equipo dirigido por Bauza, no fue más que una ráfaga. Después del gol, la única oportunidad clara de marcar fue tras un centro del 10 en el área chica, que el defensor Nicolás Otamendi desperdició increíblemente mandándola a volar por encima del arco en el final del primer tiempo.
Ya en la segunda parte, Pizzi mandó a la cancha a Nicolás Castillo por Fuenzalida y después a Silva por Jorge Valdivia. En el conjunto albiceleste, ingresó el defensor Mateo Musacchio por Emanuel Más y Rojo pasó a la izquierda reacomodando la defensa. Minutos más tarde, el Patón sacó al Kun Agüero y entró a la cancha Ever Banega, un cambio que parecía muy oportuno para el desarrollo del partido. A pesar de esto, la Argentina lejos estuvo de protagonizarlo y permaneció como una sombra.
Chile, repetía su modus operandi: al igual que en gran parte del primer tiempo, estuvo más suelto y confiado, logró una dinámica que le permitía recuperar rápido y acorralar a la Argentina una y otra vez, aunque no lograba ser punzante al final. El delantero de La Roja, Alexis Sánchez fue desequilibrante en sus arranques, pero se le negaron las oportunidades que tuvo en sus tres tiros libres: uno dio en la barrera, otro en el travesaño y el último se fue alto.
Con la conducción de Valdivia en el primer tiempo y la gran actuación de Aranguiz, Chile mereció y debió empatar: a minutos del final del complemento, Bousejour envió un centro por la izquierda y dejó solo al delantero Castillo frente al arco, pero erró inauditamente el empate tras una mala definición de cabeza. Chile masticaba la bronca, los jugadores sabían que no habían aprovechado todos los espacios que La Argentina le había regalado.
La apuesta en la que había invertido Bauza, le dio mucho, muchísimo más de lo que merecía. La Argentina tocaba poco y revoleaba mucho. La prioridad era sacar la pelota cómo se pudiera y apurar el reloj. Con pobres y ausentes actuaciones individuales, consecuentes a un nulo funcionamiento colectivo, el empate parecía una consecuencia lógica. Pero el fútbol, que muchas veces prevalece de esta, le negó los puntos a La Roja y la albiceleste logró defender el triunfo trepando al tercer puesto. Hoy se cumplió el objetivo, y festejamos que la selección tiene un milagroso ticket al Mundial de Rusia del 2018. La retórica pasa por los modos, ¿Puede el equipo de Bauza seguir ganando con este rendimiento?
Por Morena Beltran
Twitter: @morebeltran12
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