martes, 2 de agosto de 2016

En el corazón de Estudiantes

Foto: Taringa
 
 
Se cumplirán mañana 49 años de un partido cuyo desenlace propició un descomunal salto en un equipo igual de exitoso que de polemizado: el Estudiantes de La Plata que conducido por Osvaldo Juan Zubeldía ganó seis títulos en cuatro años, incluida la Copa Intercontinental ante el Manchester United.
 
El 3 de agosto de 1967, en la mismísima Bombonera, el Pincha obtuvo el derecho de jugar la final del Torneo Metropolitano gracias a una electrizante remontada a expensas de Platense: perdía 3-1 en inferioridad numérica y al cabo se alzó con la victoria por 4-3.
 
Fue aquel un espléndido duelo de estilos: de un lado el minucioso laboratorio de Zubeldía, no exento de algunas individualidades de técnica depurada (sobremanera Raúl Madero y Juan Ramón Verón) y del otro lado la franqueza ofensiva inspirada por Angel Labruna, que cultivaba la curiosidad de dirigir a dos equipos a la vez, a Platense en Primera y a Defensores de Belgrano en Primera B.
 
Estudiantes empezó de buena forma el partido del que mañana se cumplirán 49 años, puesto que Marcos Conigliario abrió la cuenta con un golpe de cabeza, pero al terminar el primer tiempo el panorama había cambiado de forma sustancial, puesto que un gol de Luis Lavezzi y otro de Carlos Bulla habían sellado el triunfo parcial del “Calamar”.
 
Con un añadido significativo: los platenses habían sufrido la lesión de su capitán, Henry Barale, en tiempos en los que el reglamento no contemplaba reemplazos. Para colmo de males al comienzo del segundo tiempo Bulla anotó el tercer gol de Platense y parecía un hecho que jugaría la final con Racing Club de Avellaneda.
 
Sin embargo, el Pincha consumó un cuarto de hora perfecto: descontó Verón con una palomita, empató Carlos Bilardo con un sobrepique de zurda y trascartón: el propio Bilardo algo le dijo al arquero de Platense, Juan Carlos Hurt, que reaccionó y le aplicó un violento puntapié. El juez Angel Coerezza sancionó el penal y Madero lo convirtió en el 4-3 que sería definitivo.
 
La gran remontada de Estudiantes, calificada como “Bien de hombres” por el prestigioso periodista José María Suárez en su columna del diario El Día de La Plata, fue el preludio de la conquista del Torneo Metropolitano, 72 horas después en el Gasómetro de San Lorenzo de Almagro con un categórico 3-0 que hicieron posible sendas anotaciones de Madero, Verón y Felipe Ribaudo.
 
Un año después, el Pincha ganará la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental y redondeará un ciclo de singular suceso que hasta hoy mismo separa las aguas entre los que ponderan su carácter revolucionario (por ejemplo, por sus innovadores modos en lo que hoy se denomina como "jugadas de pelota quieta") y los que lo condenan por jugar al filo del reglamento y le atribuyen el sambenito de "antifútbol".

Por Facundo Olcese
Twitter: @olcesefacundo97

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